Estadounidenses indiferentes a debates en la ONU
Manuel Díaz Aponte
Atlanta, Georgia. – El estadounidense promedio es indiferente a los debates escenificados en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que efectuó su septuagésimo noveno período de sesiones en Nueva York, con la presencia de jefes de Estado y de Gobiernos a nivel mundial.
Ni siquiera la apertura del evento en el que habló por última vez el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, concitó la atención de la población norteamericana que siguió su rutina de trabajo, compras y recreación en una diversidad de eventos artísticos, sociales, culturales y deportivos.
Mientras hablaba Biden la gente estaba más atenta a dar seguimiento a los juegos del fútbol americano, alguna presentación de hockey sobre hielo y a los partidos para la clasificación a los playoffs de las Grandes Ligas.
La audiencia aumenta entre los estadounidenses cuando ocurren acontecimientos como la alocución del presidente a través de las principales cadenas televisivas y radiales para comunicar algún conflicto con otra nación, y específicamente, ante una inminente intervención militar.
Diferente a lo que ocurría en la ciudad de Nueva York, donde está la sede principal de la ONU en Manhattan, con la movilidad vehicular aumentada, y un dispositivo de seguridad inmenso para resguardar a los mandatarios y personalidades asistentes.
Al Qaeda y Osama bin Laden atacaron a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001 provocando el derribo de las emblemáticas torres gemelas en la ciudad de Nueva York, miles de muertos y heridos y un pánico generalizado que todavía perdura en el subconsciente de generaciones.
El fantasma del terrorismo sigue presente, aunque con menor intensidad, obligando a las autoridades a aplicar un protocolo de seguridad en todo el territorio estadounidense, y con mayor minuciosidad cuando se aglomeran miles de personas en lugares públicos. Este 11 de septiembre pasado en todas las oficinas gubernamentales y oficiales norteamericanas la bandera fue izada a media asta.
En los aeropuertos de conexiones locales e internacionales, estaciones de trenes, parques de diversiones, escuelas, edificaciones públicas y en los recintos militares fue reforzada la seguridad.
Cada año, los periodistas que acompañan a los jefes de Estado y de Gobiernos a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, viven una experiencia inolvidable reflejada en las medidas de seguridad adoptadas por las autoridades estadounidenses en todo el entorno del organismo mundial, en los hoteles y áreas circundantes donde están hospedados los mandatarios y las respectivas rutas que utilizan para desplazarse.
Además, los dignatarios de manera individual agotan una agenda propia al margen del escenario de la ONU, lo que se traduce en un mayor esfuerzo de los reporteros y camarógrafos que deben cubrir cada evento del mandatario de sus países de origen.
Esa sinigual experiencia la viví plenamente en 2006 como periodista de la Dirección de Prensa de la Presidencia de la República Dominicana, siguiendo la amplia agenda que agotó el entonces presidente Leonel Fernández.
Grandes Desafíos
Biden en su discurso dijo:” Reconozco los desafíos desde Ucrania a Gaza, pasando por Sudán y más allá: guerra, hambre, terrorismo, brutalidad, desplazamientos récord de personas, una crisis climática, la democracia en peligro, tensiones en el seno de nuestras sociedades, la promesa de la inteligencia artificial y sus importantes riesgos”.
Al defender la actual posición de EE. UU. ante el cambio climático, el mandatario estadounidense aseguró que las disposiciones adoptadas por su gobierno garantizan la reducción de emisiones contaminantes.
Observó, sobre el particular: “Hemos adoptado las medidas climáticas más ambiciosas de la historia. Nos volvimos a sumar al Acuerdo de París el primer día. Y hoy, por fin, mi país está en vías de reducir las emisiones a la mitad para 2030, en vías de cumplir mi promesa de cuadruplicar la financiación climática para los países en desarrollo con 11.000 millones de dólares en lo que va de año”.
La población de Estados Unidos asciende a 335.893.238 habitantes en una superficie de 9.831.510 Km2. La migración hacia territorio estadounidense abarca a nacionales de diferentes continentes y países del mundo incluidos ciudadanos originarios de Asia, Europa, Medio Oriente, África, La India y América Latina.
Es un verdadero arcoíris de rostros que sobresalen en los grandes estados y ciudades como Nueva York; Atlanta, Georgia, Boston, Massachusetts, Miami, Florida, Los Ángeles y San Francisco, en California, entre otros.
Discurso vs. Población
¿Por qué la gente muestra indiferencia con las exposiciones de los jefes de Estado y de Gobiernos en los períodos de sesiones ante la Asamblea General de la ONU?
Hay un distanciamiento natural entre los ámbitos políticos y diplomáticos con relación al común de la población, algunas veces, por el lenguaje al que apelan los dignatarios en sus alocuciones ante el podio y otras razones porque no abordan las cuestiones esenciales que impactan en la vida diaria del ciudadano.
Los mandatarios cuidan las normas protocolares y los espacios en que se producen sus intervenciones, evitando así confrontar abiertamente con sus colegas y el país anfitrión del evento. Por supuesto, en ocasiones se producen irremediablemente encendidas exposiciones sofocadas por el estricto cumplimiento del tiempo asignado a cada jefe de Estado, con una media de 30 minutos.
Los discursos expuestos durante las sesiones de la Asamblea General de la ONU tienen contenidos diversos, limitándose algunos a temática enfocada a problemáticas locales, regionales, internacionales y mundiales.
Abinader en la ONU
El presidente Luis Abinader retomó su advertencia a la comunidad internacional sobre la peligrosidad de la crisis haitiana para la región caribeña, y pidió, además, no permitir que fracasen los esfuerzos en Haití.
“¡Señores! hemos llegado a este punto con grandes sacrificios, pero a prácticamente un año de la celebración de las elecciones en Haití, aún no están dadas las condiciones para ello. No podemos permitir que los esfuerzos hasta aquí alcanzados se desplomen, pues de lo contrario el colapso de Haití será inminente y sus consecuencias alcanzarán a toda la región. Esta misión significa una excepcional esperanza para el restablecimiento de la normalidad en Haití. Un fracaso podría implicar la necesidad de adoptar medidas drásticas para proteger nuestra seguridad nacional”, enfatizó el mandatario.
Hubo representaciones como las de Haití que volvieron a exigir a Francia las reparaciones por deuda impuesta por las autoridades francesas para reconocer su independencia. Aquí, el presidente del Consejo Presidencial de Transición, Edgard Leblanc, reclamó un mayor apoyo al contingente policial de Kenia que busca neutralizar a los pandilleros.
Hubo discursos que cuestionaron los resultados electorales en Venezuela y abogaron por que se respete la voluntad popular, así también, para que finalicen las guerras en Ucrania y en Palestina.
Artículo de Manuel Díaz Aponte