- Publicidad -
EconomiaMundoOpinionesVoces Económicas de la naciónVoces Nacionales e Internacionales

Tecnofeudalismo: el nuevo orden económico

El nuevo feudalismo amenaza la democracia y transforma el
capitalismo, las implicaciones para América Latina y la República
Dominicana.
Por: Pavel De Camps Vargas
En la era digital, el capitalismo tradicional está experimentando una metamorfosis o
está sufriendo una mutación sin precedentes. No se trata de un simple ajuste
económico, sino de un cambio estructural: el capitalismo está siendo reemplazado por
un modelo mucho más centralizado que algunos expertos denominan
tecnofeudalismo. Este término describe un sistema donde las grandes
corporaciones tecnológicas, o señores feudales dominan la economía global,
reemplazando los mercados tradicionales por plataformas digitales y obteniendo
beneficios a través de la extracción de rentas.

El capitalismo ha muerto, pero no ha sido sustituido por el
socialismo ni por una versión reformada de sí mismo, sino por
un sistema feudal digital en el que los nuevos señores de la
tecnología gobiernan el ciberespacio con un poder absoluto.
Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia y destacado economista,
argumenta que las dinámicas tradicionales del capitalismo ya no gobiernan la
economía. Lo que ha matado a este sistema es el propio capital y los cambios
tecnológicos acelerados de las últimas dos décadas, que, como un virus, han acabado
con su huésped.
Este fenómeno se manifiesta en la concentración de poder en manos de gigantes
tecnológicos como Amazon, Google y Facebook, que no solo dominan sus
respectivos sectores, sino que también poseen vastas cantidades de datos de sus
usuarios, otorgándoles un control sin precedentes sobre el comportamiento y las
decisiones de las personas.
El economista y profesor Cédric Durand también ha contribuido al desarrollo del
concepto de tecnofeudalismo, analizando cómo estas plataformas digitales actúan
como nuevos feudos en la economía contemporánea.

Los nuevos tecnofeudalistas
En la actualidad, los tecnofeudalistas son las grandes corporaciones tecnológicas que
han reemplazado los mercados tradicionales con sus plataformas digitales. Empresas
como Amazon, Google (Alphabet), Facebook (Meta), Apple, Microsoft y Tencent han
establecido ecosistemas cerrados donde controlan la infraestructura digital, la
monetización de contenido y el flujo de información. Estas empresas no solo generan
ingresos a través de la venta de bienes y servicios, sino también a través de la
extracción de datos de sus usuarios, a los que convierten en productos sin que estos
tengan verdadero poder de negociación. Este modelo les permite actuar como los
nuevos "señores feudales, controlando no solo la economía digital sino también la
política, la información y la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo.
La trampa de la dependencia digital
En América Latina, la penetración de internet ha crecido significativamente en la última
década. Sin embargo, persisten brechas digitales que limitan el acceso equitativo a la
tecnología. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
más del 66,7% de la población latinoamericana tenía acceso a internet, una cifra
inferior a la de otras regiones como Europa (82,5%) y América del Norte (88,5%).
En la República Dominicana, la situación es aún más preocupante. Según datos de la
CEPAL, solo el 10,4% de los establecimientos pequeños en el país estaban
digitalizados, lo que indica una marginación significativa de las dinámicas digitales en el
sector empresarial.
En América Latina, y especialmente en la República Dominicana, esta realidad es
particularmente alarmante. La región es una de las más vulnerables a la dependencia
tecnológica, ya que la infraestructura digital no ha sido desarrollada localmente, sino
que está monopolizada por corporaciones extranjeras. Esto ha generado una paradoja:
a mayor digitalización, mayor es la dependencia de las reglas impuestas por estas
plataformas.
Esta desigualdad digital perpetúa una dependencia tecnológica de las plataformas
extranjeras, lo que resulta en relaciones asimétricas donde los beneficios económicos
fluyen hacia los países desarrollados, mientras que América Latina permanece como
consumidora pasiva. La falta de un ecosistema tecnológico local robusto limita la
capacidad de la región para competir y desarrollarse en el ámbito digital.

Los pequeños negocios, los medios de comunicación y los gobiernos locales están
sujetos a los cambios arbitrarios de los algoritmos de Google y Facebook, que
determinan quién tiene visibilidad y quién desaparece en el abismo digital. De esta
manera, el acceso a la información y al mercado está controlado por unas pocas
empresas que han convertido el mundo en su feudo digital.
Esta realidad tiene implicaciones profundas para la economía y la sociedad
dominicana. La falta de digitalización en las pequeñas y medianas empresas limita su
competitividad y capacidad de crecimiento, perpetuando la dependencia de actores
externos y exacerbando las desigualdades económicas.

Consecuencias políticas y democráticas
El tecnofeudalismo también representa una amenaza directa a la democracia. A través
de la manipulación de datos y la creación de ecosistemas cerrados, estas plataformas
tienen el poder de moldear la opinión pública, influir en elecciones y restringir el acceso
a información crítica. Las redes sociales han demostrado ser armas políticas más
poderosas que los medios tradicionales, permitiendo la censura selectiva y la
amplificación de ciertos discursos por encima de otros. Es una realidad presente y que
lo vemos a diario.

El caso de la República Dominicana es un reflejo de esta realidad. La mayoría de las
plataformas utilizadas en el país son extranjeras y responden a los intereses de sus
corporaciones matrices. Esto significa que la información local, los negocios y hasta la
seguridad nacional están en manos de terceros. La soberanía digital se ha convertido
en una ilusión, ya que todo ahora están en las nubes.
¿Qué se puede hacer?
Ante este escenario, es urgente que los gobiernos, la sociedad civil y los ciudadanos
tomen medidas para frenar la expansión de este nuevo feudalismo digital. Algunas
estrategias incluyen:
1. Regulación efectiva de las grandes tecnológicas: Imponer normativas que
limiten el control absoluto de estas empresas sobre la información y el mercado.
2. Fomento de ecosistemas digitales locales: Invertir en tecnologías nacionales
y plataformas alternativas que reduzcan la dependencia de corporaciones
extranjeras.
3. Educación digital crítica: Enseñar a la población a entender cómo funcionan
los algoritmos y cómo protegen su privacidad en línea.
4. Descentralización tecnológica: Apostar por soluciones como el software libre y
las redes descentralizadas para evitar el monopolio de la información.
La reflexión
El tecnofeudalismo plantea desafíos significativos para la democracia digital y el futuro
del capitalismo. La concentración del poder en manos de unas pocas corporaciones
tecnológicas amenaza la soberanía de los estados y la capacidad de los ciudadanos
para influir en las decisiones que afectan sus vidas.
Es imperativo que América Latina, y en particular la República Dominicana, desarrollen
estrategias para cerrar la brecha digital, fomentar la creación de ecosistemas
tecnológicos locales y garantizar que la digitalización beneficie a toda la población. Solo
así se podrá construir un futuro donde la tecnología sea una herramienta para la
equidad y el desarrollo sostenible, en lugar de un mecanismo de dominación y
exclusión.

La realidad es que el futuro del mundo digital está en juego. Si no se actúa
rápidamente, el tecnofeudalismo consolidará su poder y las sociedades modernas
quedarán atrapadas en un sistema donde la libertad de expresión, la economía y la
información estarán completamente bajo el control de unos pocos.
¿Estamos listos para enfrentar esta amenaza, o nos
convertiremos en los nuevos siervos del siglo XXI?
Como advierte Varoufakis, "los nuevos señores feudales son los propietarios de lo
que llama 'capital de la nube', y los demás hemos vuelto a ser siervos, como en el
medievo". Es responsabilidad de nuestras sociedades evitar que esta analogía se
convierta en una realidad irreversible.
________________________________________________________________
Fuentes:
● Varoufakis, Yanis. Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo".
Editorial Deusto, 2023.
● Durand, Cédric. Tecnofeudalismo y el nuevo poder corporativo". La Marea,
2024.

● Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). ;Informe sobre
la digitalización en América Latina.

- Publicidad -

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba

Estas usando un bloqueador de anuncios!

Desactiva tu bloqueador de anuncios para poder leer nuestras informaciones. Gracias de antemano!